EL ACTUAL CONTEXTO DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Y LAS ACCIONES DE LA AGENDA 2030
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1. INTRODUCCIÓN
La actual situación sociosanitaria mundial ha impactado y transformado la realidad de todos los continentes del mundo. Todavía es demasiado pronto para realizar análisis profundos sobre los impactos a largo plazo de la pandemia del COVID-19, pero es evidente que las desigualdades se acentuarán y las condiciones para lograr el bienestar colectivo serán aún mayores.
¿Cuál es la perspectiva que visionan las subregiones de América Latina y el Caribe para su futuro próximo?, ¿Cómo encuentra a la región esta pandemia, qué estamos haciendo para enfrentarla?, ¿Y cómo esto se conecta con la agenda global 2030 a partir de las inmensas demandas que el conjunto de territorios tiene en este momento?
Estas son algunas de las interrogantes que surgen y que ahora dan sentido a este análisis y a la propuesta de la Red Jubileo Sur Américas JS/A, que se ha movilizado para señalar diversas formas de hacer frente a la crisis y exigir la suspensión inmediata de la deuda ilegítima.
América Latina tuvo su primera víctima fatal producto del COVID-19 el 26 de febrero de 2020 [1], en Brasil. En menos de dos meses, las cifras ya pasaban de decenas de miles, este pronto aumento en los casos fatales expone las desigualdades y las dificultades de la región en el enfrentamiento de la pandemia.
Algunos países se encuentran en situaciones graves como es el caso de Ecuador, que tiene 17 millones de habitantes, y registra hasta el momento (12/05/2020) más de 29.000 casos confirmados de COVID-19 y más de 2.000 fallecidos con la confirmación de la enfermedad [2] y ya se enfrenta al colapso de los sistemas sanitarios y funerarios. Otros, a través de medidas de distanciamiento físico, están logrando detener el avance de la enfermedad, como es el caso de Argentina [3]. Sin embargo, los expertos creen que el pico aún no ha llegado a la región [4].
En el contexto de la crisis socioeconómica agravada por el COVID-19, las organizaciones políticas y financieras internacionales señalan soluciones tales como préstamos a países ya sobreendeudados; más programas de ajuste y austeridad para que los préstamos acordados sean sostenibles para sus bolsillos; y más interferencia contra el derecho de los pueblos y países a ejercer su soberanía y autodeterminación, como afirma la Red Jubileo Sur/Américas en su “llamamiento: Ante las próximas reuniones del fondo monetario internacional y el banco mundial”, lanzado en Abril que ya cuenta con las firmas de decenas de organizaciones de toda la región.
En este punto es que la afirmación de que la vida es más importante que la economía se hace aún más necesaria. Los recursos destinados durante años al pago de una deuda ilegítima principalmente en los países del Sur Mundial podrían utilizarse para garantizar los derechos a todas las personas y garantizar la protección de los sectores más pobres.
2. COVID-19 Y LOS OBJETIVOS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La pandemia del nuevo coronavirus ha tenido repercusiones y la tendencia es el agravamiento del desempleo, del hambre, la desigualdad social, la salud y otros elementos que encajan directamente con la agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Naciones Unidas.
En América Latina y el Caribe, donde trabajamos con el proyecto “Protagonismo de la Sociedad Civil en las políticas macroeconómicas”, es posible observar impactos directos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con el avance del COVID-19.
La crisis socio sanitaria ha causado impactos significativos en la mayoría de los ODS, uno de los principals se evidencia en el ODS 03 – Salud y bienestar, pues los sistemas de salud de toda la región tendrán sus capacidades sometidas a prueba y sufrirán agotamientos para dar respuestas rápidas y necesarias para garantizar la salud y la calidad de vida. Para evitar que los impactos sean aún mayores, algunos países en la región centroamericana, como Guatemala ya ha declarado el toque de queda, pero sabemos que estas medidas por sí solas no son suficientes para evitar el impacto socio-sanitario, al contrario, este gobierno y otros de la región están cargando la responsabilidad a las familias, y a las mujeres principalmente, (ya hay datos que comprueban esta situación, incluso del aumento de la violencia dentro de las casas), con la declaración de la cuarentena obligatoria y evadiendo las verdaderas responsabilidades estatales para hacer frente a la pandemia. Lo que evidencia con la pandemia es que otros problemas, mas allá de la crisis socio sanitaria serán profundizados.
Sin embargo, se espera que la pandemia, que crece a un ritmo similar en casi todos los países de la región [5], trastoque otros temas de la agenda 2030, como el desempleo (ODS 08). Hoy las organizaciones internacionales que acompañan este tema ya hablan de un aumento significativo del desempleo y la pobreza (ODS 01) en toda la región [6] y el aumento y la profundización de la violencia de género (ODS 05).
Según la CEPAL, Comisión Económica paraAmérica Latina y el Caribe, si la crisis continua con la misma intensidad, el avance de la pandemia provocará una caída del 5% en la renta media de la población activa. Si la disminución de la renta de la población económicamente activa alcanza el 10%, la cifra se elevará a 90 millones de personas [7].
Con el aumento significativo del desempleo y la pobreza, la situación del hambre es evidente. Para evitar el rápido empeoramiento y una mayor distancia del ODS 02 es necesario encontrar medidas y acciones que mitiguen este impacto, por ejemplo la articulación apoyada por la FAO junto con diversas organizaciones que cuenta con la firma de representantes de 25 países de América Latina y el Caribe y provee alimento para los 620 millones de habitantes de la región [8].
A pesar de las noticias de disminución de las emisiones de CO2 debido a la cuarentena que disminuye la circulación de automóviles y vehículos, las localidades siguen sufriendo la expansión del modelo extractivo y la violación de los derechos laborales que nos distancia de los ODS 13, 14 y 15. Las medidas oficialistas de prevención que actualmente se están tomando para minimizar el impacto del COVID-19 no compensan los daños ambientales y socioculturales sucedidos por los emporios extractivistas en toda nuestra región.
Desde la mirada de la Red JS/A estamos monitoreando cómo la pandemia empeora el problema de género. Ya es evidente el aumento de la violencia contra las mujeres, que incluso antes del COVID-19 era una de las mayores violaciones de los derechos humanos a nivel regional. A medida que la pandemia continúa, es probable que este número crezca con múltiples impactos en el bienestar de las mujeres, en su salud sexual y reproductiva, en su salud mental y en su capacidad de participar y liderar la recuperación de nuestras sociedades y economías [9].
Otro aspecto importante y preocupante son las cifras de educación (ODS 04). Más del 95% de los niños de América Latina y el Caribe – 154 millones – están temporalmente fuera de la escuela debido a la pandemia del nuevo coronavirus, informa el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y aunque algunos gobiernos proponen como solución ofrecer las clases en línea, sabemos que en nuestra región el margen de las desigualdades por acceso a la tecnología no permite que muchos niños/as tengan equipos/medios e Internet para adecuarse a esta coyuntura. El cierre de las escuelas también afecta a otros servicios escolares importantes: alimentación, recreación, actividades extracurriculares y apoyo pedagógico, así como servicios de salud y agua, saneamiento e higiene (ODS 06) [10] y sobrecarga las familias, sobre todo a las mujeres que son las que asumen en grande medida la responsabilidad por la casa y el cuidado con los hijos.
A continuación, vamos a tratar un poco más la situación actual en las subregiones.
3. CÓMO LAS SUBREGIONES (CARIBE, CONO SUR, ANDINA Y MESOAMÉRICA, DONDE LA RED JS/A TIENE PRESENCIA) Y LOS PAÍSES INVOLUCRADOS EN EL PROYECTO SE ESTÁN PREPARANDO PARA LA AGENDA 2030 EN EL CONTEXTO DEL COVID-19.
En septiembre 2019 la Organización de las Naciones Unidas tuvo la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Nueva York. Aquí se dimensionó el estado actual global de avance de los ODS, se determinó en dicha cumbre que su cumplimiento camina a un ritmo lento y, según datos recién publicados, no se alcanzarán para el año 2030 como era la meta, sino hasta 2073 debido a las tendencias actuales.
Región Mesoamérica y Caribe
Es importante profundizar sobre cuáles son los ODS en la región mesoamericana y caribeña que se agudizan con la crisis del COVID-19 y cuáles son las perspectivas de preparación de los estados de la región para solventar el impacto.
Según datos recientes de la CEPAL (Comisión Económica Para América Latina de las Naciones Unidas), uno de los principales impactos que está provocando esta crisis en Centroamérica y el caribe particularmente, es el aumento de la pobreza, ya que las proyecciones indican que las tasas de pobreza pasarían del 29.8% a 35.4% (de 185 millones actuales a aproximadamente 220 millones de personas), todo esto provocado por la crisis y recesión económica que está teniendo la región, en tanto que la pobreza extrema saltaría de 10.8% a 14.5% (de 67,4 millones a 90 millones de personas)[11]. Esto significa que al finalizar 2020, la región podría haber retrocedido en estos dos indicadores 13 años y 15 años, respectivamente, esto pone en evidencia que uno de los ODS mayor afectado es el ODS-1 (Fin de la Pobreza).
ODS-3 (bienestar y salud), en el contexto actual frente al COVID-19, es una de las metas de la agenda 2030 que se está poniendo a prueba. Desde antes de 2015 (firma de acuerdos de agenda 2030) el sistema de salud público para Centroamérica y el Caribe ha sido de los más precarios en toda Latinoamérica, los índices de inversión pública en salud en la región centroamericana no exceden del 8% según cifras de la OMS hasta 2016 y en el Caribe las condiciones no son distintas, la mayoría de los países caribeños apenas invierten el 6% (casos específicos de Republica Dominicana y Haití) de su presupuesto público en salud, a excepción de Cuba que invierte hasta el 12% [12].
Un ejemplo clave es la situación de salud de Guatemala, según el informe “Situación de Salud en las Américas”, Indicadores Básicos 2015, elaborado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS), sitúa a Guatemala como el país con la mayor crisis hospitalaria de la región centroamericana. De acuerdo con los indicadores de recursos, acceso y cobertura el sistema de salud cuenta con 7.5 médicos por cada 10,000 habitantes y 0.6 camillas por cada 1,000. La red nacional consta de 44 hospitales y está en decadencia en cuanto a infraestructura, tecnología, déficit de personal, carencia de medicinas, especialidades, atención primaria y cobertura en áreas rurales [13].
Sin embargo, esta situación es similar en todos los países de la región; sistemas de salud, basados en modelos antiguos poco funcionales, los servicios de salud en la región son privatizados y la infraestructura del sistema de salud pública es deteriorada y de acceso limitado. Esta condición hace más vulnerable a las poblaciones de las regiones ante la amenaza de la pandemia actual.
Los sistemas de salud de la región se caracterizan por presentar una gran fragmentación y superposición de las prestaciones y de la cobertura, que se evidencian en las grandes disparidades existentes en la calidad de los servicios a los que acceden los distintos grupos de población, sobre todo los más vulnerables, indígenas, mujeres, población rural y adultos mayores.
En datos de la CEPAL, la mayoría de los países de la región tienen sistemas de salud débiles y fragmentados, que no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis socio-sanitaria del COVID-19. Por ello, fortalecer los sistemas de salud requiere mayor y mejor gasto público: los países de la región gastan en promedio el 2,2% del PIB en salud; por lo tanto, es necesario encontrar espacio fiscal para fortalecerlos. [14]
Haití es uno de los países de la región del Caribe que siguen siendo mayormente afectado, según destaca la Organización PAPDA, organización miembro de JS / A, en su informe de análisis sobre el avance de los ODS en Haití, el mismo cita que “La corrupción y la inestabilidad política son los mayores bloqueos de Haití para el progreso continuo en general y en particular de los ODS. Haití ocupa el puesto 168 de 180 países, según el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional de 2019 (Haití Libre, Trading Economics 2020). Ha caído del lugar 161 en 2018 y del lugar 157 en 2017, mientras que simultáneamente ocupa el segundo país más corrupto del Caribe (Haití Libre 2019). Haití también tiene un Gini de 0,61, lo que lo convierte en el segundo país más desigual del mundo, donde el más rico posee más del 60% de la riqueza nacional (PMA 2016).
Se estima que los ODS referidos a la Educación de Calidad, Igualdad Género, Reducción de las desigualdades son de los mayormente afectados y que desde ya están quedando vulnerados en el contexto de la crisis socio-sanitaria, por ejemplo, los beneficios económicos de las mujeres están en peligro y además tomando en cuenta que en los sistemas de salud las mujeres representan la mayoría, son estas las que están más vulnerables y expuestas al contagio del virus.
Así mismo es evidente, que la brecha de las desigualdades aumentará, ya que al menos unos 25 millones de personas podrían perder sus empleos por motivos de la crisis en la región mesoamericana y caribeña, esta brecha se agrava con la falta de acceso a servicios básicos como la energía eléctrica, el agua y saneamiento sobre todo en sectores marginados de los centros urbanos y en sectores rurales.
Pero las grandes interrogantes: ¿qué están haciendo los gobiernos para mitigar los efectos colaterales de la pandemia COVID-19? y ¿cómo se está respondiendo?, la respuesta a estas interrogantes, tienen dos perspectivas en la región de mesoamericana y caribeña, por un lado, el discurso oficialista que asegura tomar las medidas necesarias y pertinentes tanto para evitar la propagación e incremento de los contagios, así como para evitar el desplome de las economías locales y garantizar el sostenimiento económico activo de la sociedad, y en contra posición la perspectiva aterrizada a la realidad, esa que viven y nos comparten las comunidades indígenas, rurales y los sectores más empobrecidos de nuestros países que se sienten en la cuerda floja debido a la condición de máximo riesgo en la que se encuentran.
Cada día vemos que la disyuntiva entre qué priorizar, si la salud o la economía, cada vez más complejiza la situación particular de las regiones, sobre todo porque en términos de desigualdad financiera somos más frágiles. A pesar de que los estados plantean que se encuentran en esta disyuntiva al final vemos que se está dando prioridad al aseguramiento del rescate de los sistemas financieros y económicos de los países antes que la a la salud y bienestar humano.
Por ejemplo, República Dominicana que ha tenido una exponencial afectación por la pandemia en las últimas semanas, a través de La Dirección General de Contrataciones Públicas, ha diseñado una medida que pretende “democratizar los procesos de compras de emergencia del estado” y beneficiar a las PYMES a través de la simplificación de procesos de acreditación como proveedores del estado, [15] sin embargo que estrategias se están pensando para aquel sector de la sociedad que no logra alcanzar siquiera la categoría de PYMES, el que vende helados en la calle, el del puesto de periódicos, las vivanderas de los pequeños mercados locales. Es posible pensar que este tipo de medidas funcionarán en países como Nicaragua o El Salvador donde el porcentaje del comercio y el trabajo informal sobrepasa el 70%.
Desagraciadamente los organismos multilaterales y de integración como el SICA o la CEPAL sugieren que para abordar la emergencia económica se requieren acciones de política fiscal, de política monetaria y de cooperación internacional, de tal forma que se sigue imponiendo el sistema capital opresor a las naciones vulneradas y empobrecidas.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL dijo en la presentación del informe “América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19: efectos económicos y sociales”, que en esta coyuntura la cooperación internacional juega un rol fundamental. “La salida de la crisis dependerá de la fortaleza económica de cada país, por lo tanto, dadas las asimetrías entre los países desarrollados y en desarrollo, el papel de la ONU, el FMI y el Banco Mundial será esencial para garantizar el acceso al financiamiento y sostener el gasto social y la actividad económica con medidas innovadoras” [16], esta declaración evidentemente muestra interferencia contra el derecho de los pueblos y países a ejercer su soberanía y autodeterminación.
Es evidente que para estar realmente preparados para garantizar la estabilidad integral de nuestros pueblos ante este nuevo escenario global necesitamos aterrizar al análisis de nuestros propios contextos y adecuar medidas que no atenten contra la integridad, moral, cultural, espiritual, física etc., de las personas.
Se vuelve aún más complejo cuando los estados toman medidas opresivas y que tornan aún más vulnerables las garantías de derechos sociales, como la militarización de las ciudades para garantizar una cuarentena exigida en países donde el 70% de la población económicamente activa no puede trabajar desde su casa porque las condiciones de igualdad no se lo permiten, o donde los índices de violencia intrafamiliar, abusos y feminicidios son altos y suceden dentro de los hogares más empobrecidos.
Es inmoral querer garantizar la motivación de un pueblo a estar en su casa, ofreciendo 300 dólares por familia que solventaran cundo mucho las necesidades elementales de un mes,y el presidente al mismo tiempo pretende endeudar al país (El Salvador) con más de 5,000 millones de dólares. [17]
Este es pues parte del escenario ante la coyuntura actual de los países de la región mesoamericana y caribeña, una perspectiva que pone en riesgo la integralidad de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos.
Región Andina y Cono Sur
La crisis socio-sanitaria causada por el COVID-19 está, como hemos señalado, involucrada con distintas esferas de la vida en diferentes países del mundo. Específicamente en los países de la región Andina y del Cono Sur, así como en América Latina y el Caribe en su conjunto, los impactos en la economía, la salud, la vida de las mujeres, las condiciones básicas de vida (acceso al agua y a los alimentos) y el aumento del desempleo son aún peores.
La CEPAL [18] prevé una disminución de la actividad económica exportadora de los países a gran escala, en particular en países como Chile, Brasil y Perú, que se ven directamente afectados en sus relaciones económicas con China. La Comisión estima que las exportaciones de la región disminuirán en 10,7% de su valor. En este sentido, la interrupción de las cadenas de valor mundiales tendrá un mayor impacto para países como Brasil y México, precisamente en las industrias manufactureras que también se basan profundamente en las relaciones con China.
La caída de los precios de las mercancías, especialmente para los países de toda América del Sur, también profundiza esta crisis, así como la retirada de 90.000 millones de dólares de las inversiones en los mercados de los países emergentes debido a esta crisis.
La situación de la crisis socio-sanitaria está más agravada en Brasil, Perú, Ecuador, y Chile, que son los países con más casos de contaminación [19]. Brasil adoptó medidas de estímulo monetario, en virtud de las cuales el Banco Central redujo los tipos de interés en 50 puntos básicos, hasta el 3,75%, y disminuyó los requisitos para las instituciones financieras. El Banco Central también adoptó medidas que establecen nuevas normas que permiten a los bancos ofrecer a las empresas y los hogares condiciones para obtener préstamos más grandes. El gobierno también lanzó un programa nacional de ayuda de emergencia, en el que se inyectaron 150.000 millones de reales, lo que permitió al gobierno renunciar a los objetivos fiscales y liberar recursos presupuestarios. Es evidente que, la ayuda al sistema financiero y bancario fue mucho mayor que la cantidad asignada para ayudar a la población brasileña que vive el auge de la crisis con sus hospitales llenos, los médicos infectados, los casos aumentando diariamente y el presidente sigue defendiendo el fin del distanciamiento físico.
Ocurrió el 8 de abril, de modo virtual, convocada por la CEPAL y ONU Mujeres, la “Reunión informativa entre las ministras y altas autoridades de los Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres de América Latina y el Caribe: La respuesta a la crisis de la pandemia COVID-19 desde la perspectiva de género” para reflexionar sobre los efectos económicos y sociales y el impacto de la crisis en la vida de las mujeres [20]. Participaron representantes de 29 países de la región, siendo 14 de América Latina y 15 del Caribe. Los puntos considerados trataron de la estima de que la pobreza podría aumentar 3,5 puntos porcentuales, lo que implica a 107 millones de mujeres en la región en situación de pobreza.
También consideraron que las medidas de contención de la pandemia pueden tener efectos sobre el trabajo formal de las mujeres producto de su concentración en actividades más afectadas como los servicios sociales, el comercio (mayor o menor), servicios empresariales, y transporte, almacenamiento y comunicaciones – estos sectores concentran el 78% de las mujeres ocupadas en la región.
Considerando el aspecto de la salud y los sistemas nacionales de la región, las representantes consideran que la cobertura limitada y desigual refuerza el trabajo no remunerado de las mujeres de producción y reproducción diaria de la vida. Este momento profundiza la crisis de los cuidados en la región: 72,8% del total de personas en el sector salud son mujeres, e 11,4% de las mujeres ocupadas están en el trabajo doméstico. El distanciamiento físico social, el cierre de las escuelas y el aumento de personas enfermas también representan una grandísima sobrecarga de trabajo no remunerado para las mujeres.
El aspecto de las distintas formas de violencia doméstica también se profundiza en este momento. El aumento del tiempo que las mujeres están solas con sus abusadores en sus hogares, contribuye también para que las posibilidades de busqueda de ayuda y asistencia sean reducidas. En los países con registros, al menos una de cada cuatro mujeres ha experimentado un episodio de violencia física o sexual por su pareja. La mayoría de los casos de feminicidios en América Latina son perpetrados por parejas o exparejas de las víctimas. Los países con mayor tasa de feminicidio en la región son Uruguay y Perú, que supera al 85% del total de mujeres muertas em el país [20].
Es urgente que las acciones de los Estados consideren la perspectiva de género en sus políticas públicas, pues la carga emocional y de trabajo sobre las mujeres en este momento es muy significativa y puede tener efectos profundizados en nuestra región. CEPAL y los Ministerios y Mecanismos para el Adelanto de las Mujeres están iniciando un mapeo de los avances en iniciativas para abordar las dimensiones de género en las respuestas a la pandemia en los países de la región.
En la publicación “La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el nuevo contexto mundial y regional: escenarios y proyecciones en la presente crisis” [21] afirma que más del 70% de los indicadores analizados muestran que la región requerirá una fuerte intervención de políticas públicas para alcanzar el acuerdo establecido por la meta de los ODS, durante la pandemia. El documento reúne datos y proyecciones sobre las tasas de pobreza, las tasas de emisiones de gases, los sistemas de salud, tasas de empleo y desocupación y otros desde la Agenda 2030.
Destacamos que las consideraciones sobre el mercado laboral están hoy más débil y distante de los objetivos. Está registrado el aumento de la subocupación horaria y de la informalidad, y la menor generación de empleo formal. Más aún, se torna visible la tasa de desocupación de las mujeres que sigue siendo mayor que la de los hombres. Son ellas también quienes están en sectores vulnerables y de baja productividad [22]. En general, el subempleo para la región aumentó un punto porcentual y la informalidad laboral se incrementó 0,35 puntos porcentuales. Este es el escenario previo al COVID-19, y reafirman la necesidad de mayores acciones políticas para el ODS 8.
Las organizaciones de la Red Jubileo Sur Américas están activas en las acciones para visibilizar y responder a los impactos en las comunidades y territorios más vulnerables. En Ecuador, Acción Ecológica es una organización de referencia en el trabajo de crítica y denuncia de violaciones de los derechos humanos y de la naturaleza. En este momento de pandemia, está trabajando directamente en movilizaciones como la petición “Ecuador: industrias extractivas foco de riesgo de coronavirus” [23] contra las empresas que siguen con sus actividades y exponen a la población a más riesgo. La organización también está produciendo textos de una serie sobre el coronavirus que ya cuenta con más de 20 análisis sobre diversos aspectos políticos y ecológicos de la crisis, las alternativas, la crítica a los megaproyectos de desarrollo que se basan en la explotación del Yasuni, por ejemplo, y otros análisis desde una perspectiva que fortalece la vida y no el capital.
La campaña #QuedateEnCasaNoEnSilencio [24], que Acción Ecológica también hace parte, busca reconocer el trabajo de las y los trabajadores de la tierra, quienes son fundamentales en momentos como este para la producción de alimentos. Es una campaña de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas, una expresión de La Vía Campesina en América Latina y el Caribe.
La pandemia llego a Ecuador, y las empresas petroleras, de la minería y madereras, por ejemplo, siguen sus actividades y por tanto invaden territorios indígenas, no respetan la cuarentena de las poblaciones. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) pidió al gobierno que las competencias para combatir el coronavirus sea responsabilidad de los gobiernos locales y de las organizaciones sociales debido al nivel e impacto de crisis que se instauró en el país, y la extrema necesidad de protección a las poblaciones indígenas, ya que el gobierno nacional anunció el fin de la cuarentena, volviendo algunas actividades en mayo.
La ciudad más afectada de Ecuador, Guayaquil, es uno de los territorios más impactados, donde fue detectado el primer caso importado de España, es uno de los principales focos del virus. En el inicio de abril de las primeras 100 muertes por coronavirus en el país, por lo menos 60 fueron en esta ciudad. La no notificación de los casos, la falta de estructuras médicas y la incapacidad de las autoridades de acción en este territorio son algunos fatores que permitieron que la situación llegara al extremo de que las familias no tuvieran otras posibilidades mas que la de dejar los cuerpos de sus familiares muertos en las calles, por ejemplo, esta misma incapacidad gubernamental influyó en que un gran número de médicos y profesionales de salud también murieran por el coronavirus.
En cuanto a esta realidad, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos pidió en la última semana de abril la declaración de crisis humanitaria en la ciudad que se tornó el epicentro de la crisis en Ecuador, y que de acuerdo a Billy Navarrete, representante del comité, representa la incapacidad del gobierno de garantizar los derechos de la mayoría de la población [25].
En Brasil, en un contexto político inestable e insalubre como el de Bolsonaro, hay varias iniciativas de organizaciones de la sociedad civil organizada. Los territorios más impactados son las periferias y favelas de todo el país, por las características de la estructura de las casas, la falta del agua, mantenimientos y la vulnerabilidad económica. La coalición nacional de enfrentamiento a él corona virus en las favelas y periferias, el Frente #CoronaNasPeriferias [26], fue creado por comunicadores populares que buscan informar y atender a las necesidades de los territorios. Está presente en los diversos estados del país y sigue en la movilización de los recursos para acciones frente a la pandemia.
La “Teia de Solidariedade Zona Oeste”[27], en Rio de Janeiro, también es una movilización territorial liderada por mujeres que en este momento están con todas sus acciones destinadas a reducir la vulnerabilidad de las familias impactadas por la pandemia, y además refuerzan y tejen ideas que fortalecen la comprensión del bienestar social, la vivienda popular y la soberanía alimentaria como derechos. Las mujeres están distribuyendo cestas, kits de higiene y utilizando las redes sociales para promover diálogos desde estas realidades e información de calidad sobre la situación sanitaria, política y social. “La União Coletiva pela Zona Oeste” es otro colectivo de la región, centrado en los barrios Santa Cruz, Sepetiba y Paciência, que está llevando a cabo un trabajo de mapeo de las familias vulnerables que necesitan alimentos y cestas de alimentos [28].
Instituto PACS, además de contribuir con articulaciones territoriales, lanzo la campaña #APandemiaEAsMulheres con cards informáticos acerca de temas de la economía, el trabajo, el sexismo, la defensa de la agroecología y la agricultura urbana como fundamentales para ultrapasar esta crisis [29]. La entrevista “A resistência aos impactos da pandemia em solo negro, favelado e periférico”, publicado por el instituto, presenta justamente las necesidades de políticas efectivas en este momento para poblaciones en las periferias [30].
El Centro de Pesquisa e Assessoria Esplar en Fortaleza, Ceará, organización miembro de la rede Jubileo Sul Brasil, está también activo circulando informaciones de calidad y sistemáticamente divulgando informaciones para las mujeres que viven en situación de violencia doméstica, así como promoviendo el debate acerca de la división de las responsabilidades de la casa entre hombres y mujeres. Una de las iniciativas innovadoras en este sentido fue la creación de un cordel – un tipo popular tradicional nordestino de contar historias – con orientaciones sobre la prevención del coronavirus [31].
Además, la acción solidaria, del Movimiento dos Consuelos Populares (MCP), organización miembro de la rede Jubileo Sul En Perú, la Marcha Mundial de Mujeres Macro Norte Perú participó, en el 24 de abril, de la Acción Solidaria Internacional de Brasil y por el grupo de Mujeres de la Red la MMM con mensajes de mujeres diversas Jubileo Sur en Fortaleza está en constante levantamiento de fondos para la distribución de cestas, alimentos y materiales de higiene para las comunidades de Palmeiras, Gereba, João Paulo II e Santa Filomena, Pici y Ocupacion Raízes de la Praya [32].
Caritas Brasileira, organización miembro de la Red Jubileo Sur Brasil, también está activa desde el inicio de la pandemia en Brasil. Exponen diversas materias en su sitio online, con informaciones de calidad sobre el virus y las recomendaciones, así como textos que presentan la realidad de los migrantes, de las personas que viven en las calles, las principales acciones públicas de la iglesia de incidencia sobre las medidas de contención y de enfrentamiento en los territorios junto a las comunidades, con movilización de fondos para compra de alimentos y la instalación de puntos de higiene pública. Cáritas también es una portavoz de las articulaciones y acciones de los movimientos de agroecología en el país, llevando más allá las soluciones presentadas para mitigar la crisis alimentaria que también es parte de esta pandemia. Cáritas también sigue produciendo análisis críticos, notas solidarias y proponiendo cambios en las políticas públicas nacionales a fin de la promoción de la vida [33] [34].
En Perú, la Marcha Mundial de Mujeres Macro Norte Perú participó, en el 24 de abril, de la Acción Solidaria Internacional de la MMM con mensajes de mujeres diversas peruanas de solidaridad entre mujeres, en defensa de la tierra, del agua, de la salud, y temáticamente en este año, contra las acciones de empresas transnacionales que violan y matan en las comunidades territoriales del pais. En las acciones la MMM Macro Norte Perú, denuncia empresas por violaciones de las condiciones adecuadas de trabajo durante la pandemia [35]. Además, construyen acciones junto a radios comunitarias a fin de compartirinformaciones seguras sobre los riesgos de la pandemia y construyendo espacios colectivos para hacer llegar alimento y otros ítems de necesidad básica a las personas de la región, ya que el hambre aumenta diariamente, como dice en una entrevista sobre el COVID-19 en Perú para la Red Jubileo Sur Américas [36].
4. LA IMPORTANCIA DE LA SOCIEDAD CIVIL, LAS ACCIONES Y PROPUESTAS DE LA RED JUBILEO SUR/AMÉRICAS
La situación actual nos plantea un desafío aún mayor en la búsqueda de la conquista de la Agenda 2030 y refuerza la importancia del protagonismo de la sociedad civil frente a políticas macroeconómicas y sociales. Hay que ampliar el debate social para hacer frente a la pandemia. La Red Jubileo Sur Américas ya viene realizando acciones para presionar órganos y gobiernos por acciones que minimicen los efectos de la crisis sanitaria que enfrentamos. Entre las propuestas de la Red Jubileo Sur/Américas están la exigencia de la cancelación del pago de la deuda externa y de que estos recursos sean redirigidos a:
a) aumento de los presupuestos para garantizar los derechos de las personas, la reestructuración de los sistemas de salud y educación, la atención gratuita a familias y comunidades, construcción de la economía social solidaria y soberanía alimentaria; así como garantizar el acceso al agua y;
b) la protección de los sectores más vulnerables: pueblos indígenas, campesinos, pescadores, comunidades afrodescendientes, población migrante, así como personas en situación de calle, adultos y ancianos, niñas, niños, adolescentes, mujeres, trabajadores del sector informal, artesanos, diversidad sexual, trabajadores del sexo, trabajadores del sector alimenticio y trabajadores domésticos.
Enlaces de publicaciones da Red Jubileo Sur Américas y Rede Jubileu Sul Brasil acerca del tema:
Los desafíos que están colocados son significantes para el fortalecimiento de una sociedad civil fuerte y organizada para hacer frente a el debate de los presupuestos y finanzas publicas que ayuden en el enfrentamiento de este actual escenario y que garantizan los derechos humanos y asistencia a todas las personas de la sociedad, principalmente los más vulnerables.
El proyecto “protagonismo de la Sociedad Civil en las políticas macroeconómicas”, a través del conjunto de acciones que tiene como centro las personas, se presenta en este momento, junto con la experiencia de más de 20 años de Red Jubileo Sur Américas, como un importante proyecto e instrumento para construir caminos a la superación de esa gran crisis sanitaria garantizando la participación de la sociedad civil en el desarrollo de los países de América Latina y en el cumplimiento de la agenda 2030.
5. REFERENCIAS
[0]https://www.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6 –
COVID-19 Dashboard by the Center for Systems Science and Engineering (CSSE) at Johns Hopkins University (JHU)
[1]https://www.agenciabrasilia.df.gov.br/2020/02/27/iges-df-crea-comite-decombatee-ao-coronavirus/
[5]https://brasil.elpais.com/brasil/2020/03/18/ciencia/1584535031_223995.html
[6]https://nacoesunidas.org/artigo-americalatina-e-o-emprego-nos-tempos-de-pandemia/
[9]https://nacoesunidas.org/artigo-violenciacontra-mulheres-e-meninas-e-pandemia-dassombras/
[10]https://veja.abril.com.br/mundo/pandemia-desafia-sistemade-saude-naamericalatina-e-caribe/
[11]Euro Social (2020). Protección social y COVID-19: oportunidades y desafíos en la región del Sistema dela Integración Centroamericana.
[12]Index Mundi (2020). Mapa Comparativo de Países > Gasto en salud – Centroamérica y el Caribe. Extraído de: https://www.indexmundi.com/map/?v=2225&r=ca&l=es
[13]Forbes México (2016). ¿Cuál es el panorama del sistema de salud en Centroamérica? Extraído de: https://www.forbes.com.mx/panorama-delsistema-salud-centroamerica/
[14]CEPAL (2020). La única opción estratégica en el mediano plazo para mitigar los efectos del COVID-19 en la región es avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo a través de una mayor integración. Extraído de: https://www.cepal.org/es/comunicados/la-unica-opcionestrategica-mediano-plazo-mitigar-efectoscovid-19-la-region-es-avanzar
[15]La Nación Dominicana (2020). Por Covid 19 gobierno incrementan medidas económicas, reduce requisitos para compras y aumenta transparencia. Extraído de https://lanaciondominicana.com/noticia/por-covid-19-gobierno-incrementan-medidas-economicasreduce-requisitos-para/86451/
[16]CEPAL (2020). La única opción estratégica en el mediano plazo para mitigar los efectos del COVID-19 en la región es avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo a través de una mayor integración. Extraído de: https://www.cepal.org/es/comunicados/la-unica-opcionestrategica-mediano-plazo-mitigar-efectoscovid-19-la-region-es-avanzar.
[17]El Imparcial (2020). Bukele pide al Congreso 5 mil millones de dólares para crisis por COVID-19, extraido de https://www.elimparcial.com/mundo/Bukele-pide-al-Congreso-5-mil-millones-de-dolares-para-crisispor-COVID-19-20200323-0119.html
[18]CEPAL(2020). COVID-19 tendrá graves efectos sobre la economía mundial e impactará a los países de América Latina y el Caribe. Extraído de https://www.cepal.org/es/comunicados/covid-19-tendra-gravesefectos-la-economia-mundial-impactara-paisesamerica-latina
[20]CEPAL (2020). Ante la mayor exposición de las mujeres, la CEPAL llama a los Estados a garantizar sus derechos en el marco de la pandemia del COVID-19. Extraído de https://www.cepal.org/es/comunicados/la-mayorexposicion-mujeres-la-cepal-llama-estadosgarantizar-sus-derechos-marco-la
[21]Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el nuevo contexto mundial y regional: escenarios y proyecciones en la presente crisis (LC/PUB.2020/5), Santiago, 2020. Pág. 24
[22]Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el nuevo contexto mundial y regional: escenarios y proyecciones en la presente crisis (LC/PUB.2020/5), Santiago,
2020. Pág. 31
[23]Información compartida por Acción Ecológica, organización miembro de la Red JS/A y publicada en https://www.facebook.com/pg/AccionEcologicaEc/notes/
[25]https://www.telesurtv.net/news/indigenasecuador-toman-sus-propias-medidas-antecoronavirus-20200428-0063.html y https://www.telesurtv.net/news/ecuador-comiteddhh-pide-declarar-crisis-humanitariaguayaquil-20200428-0052.html
[26]https://www.coronanasperiferias.com.br/#6
[27]Información compartida por Teia Solidariedad y publicada en https://www.facebook.com/teiasolidariedadZO/
[28]Información compartida pela União Coletiva da Zona Oeste y publicada en https://www.facebook.com/uczonaoeste/
[29]Información compartida por PACS, cosolicitante de ese proyecto y publicada en https://www.facebook.com/hashtag/apandemiaeasmulheres
[31]Información compartida por ESPLAR, organización miembro de la Rede Jubileu Sul Brasil y publicada en https://www.instagram.com/cpaesplar/
[32]http://www.jubileusul.org.br/noticias/continue-ajudando-as-comunidades-defortaleza/
[35] Información compartida por Marcha Mundial Macronorte Perú, organización miembro de la Red JS/A e publicada en https://www.facebook.com/mmmnorteperu/posts/2594312474184841
[36] Información compartida por Acción Ecológica, organización miembro de la Red JS/A e publicada en https://jubileosuramericas.net/peru-en-este-escenario-de-crisis-protecciony-vigilancia-desde-los-territorios/