Hermelinda Castro Martínez
¡Resistimos para vivir, marchamos para transformar!
Tenemos que seguir en la lucha para que la situación que vivimos las mujeres, el movimiento y los pueblos cambie. Trabajemos para mantener la unidad de las mujeres, luchemos con una sola voz como por nuestros derechos, poniendo el cuerpo en defensa de agua, tierra y territorio. Nacimos en contextos de luchas y seguiremos en las mismas porque resistimos para vivir marchamos para transformar.
Soñar estaba fuera del alcance para las niñas en la comunidad donde Hermelinda nació, la pobreza no es solo era cuestión de dinero. Muchas niñas la experimentaban en forma de privaciones que afectan múltiples aspectos de sus vidas, incluyendo sus posibilidades de asistir a la escuela, de nutrirse bien y de acceder a atención sanitaria, agua potable salubre y saneamiento.
Hermelinda fue señalada y criticada por cuestionar porque solo las mujeres debían buscar y acarrear el agua, cuándo lo hablaba con las demás niñas, los vecinos le recriminaban a su hermano como único hombre de la casa. Nos relata cómo se fue forjando su liderazgo: “leí algunos libros que fueron como un mensaje para mí, fui aprendiendo y entendiendo, fortalecieron mis sueños de estudiar, viajar para conocer como es la vida en otros sitios y cambiar la realidad de mi comunidad. Soñaba algo diferente para mi vida”
Aunque se vio obligada a dejar sus estudios cuando por enfermedad su familia no pudo seguir costeándolos su camino en la resistencia y lucha desde su comunidad no se detuvo, en 1999 cuando una empresa minera realiza exploraciones es su territorio ya organizada fue elegida como miembro de la junta directiva de su comunidad y más adelante en el distrito de Tambogrande para hacerle frente a la actividad minera.
Sin embargo, esta lucha se daba en condiciones desiguales para las mujeres, Hermelinda una vez más rechaza el papel al que se relegaban a las líderes y luchadoras …” nos dimos cuenta que cuando había movilizaciones y paros, nos decían que las mujeres vayamos adelante para enfrentar a la policía, pero cuando venía la prensa y otros actores ellos salían a dar la cara. Hubo una necesidad de organizarnos como mujeres, por el contexto teníamos”
Con lo que inicia a formarse con otras organizaciones, establece alianza con otras mujeres, colectivos y deciden formar por primera vez en la Historia la Asociación Distrital de Mujeres de Tambogrande, iniciando con ello un trabajo colaborativo entre luchadoras, defensoras, agricultoras, integrantes de rondas, organizaciones religiosas, mujeres y madres organizadas quienes construyeron la primera Agenda regional de mujeres articulándose en el 2003 a la Marcha Mundial de las Mujeres.
La siguiente batalla fue ser tomadas en cuentas en la formulación de presupuesto público y solicitar la construcción de la casa de la mujer como reconocimiento y símbolo de lucha y resistencia frente a la minería. Una vez más Hermelinda abre camino, pues el gobierno nunca antes había escuchado a las mujeres organizadas, Hermelinda lo relata así: “, no era normal para ellos hacer eso, pero cuando se trataba de defensa del medio ambiente eras las llamadas para estar al frente pero no en la toma de decisiones, cuando hablabas de los derechos de las mujeres se incomodaban”
Desde el 2007, bajo iniciativa del entonces presidente Alan García, en Perú, comienzan a gestarse 11 decretos legislativos promulgados para la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU y que promovían la venta de la Amazonía. Lo que generó la mayor lucha civil reciente de Perú, como parte de esta estrategia gubernamental entre el 2006 hasta el 2009 el número de hectáreas del Amazonas concedidas a la explotación de hidrocarburos pasa del 15 al 72%, el mismo presidente publica un artículo donde acusa a todo el movimiento amazónico de tener “El síndrome del perro del Hortelano”
Hermelinda nos relata su participación en esta lucha; “…nos movilizamos por la derogatoria porque atropellaba nuestros derechos como comunidades. Ahora vemos el impacto de esas políticas nos quitan el territorio y las compañeras van a trabajar en la agro exportación y cada vez más absorben su vida y ni tiempo tienen para venir a nuestras reuniones. Seguimos en Marcha, el año pasado nuevamente el gobierno ha autorizado el proyecto minero el algarrobo en nuestro territorio nuevamente, somos un pueblo que ha incrementado su vulnerabilidad frente al Fenómeno el niño y otras amenazas sumadas por la presencia de agroexportadoras. Hoy más que nunca tenemos que seguir organizándonos resistiendo para vivir y marchando para transformar todo esto”.
Hermelinda nos cuenta que la inspira y que la lleva a la acción: “Admiro a cada una de las compañeras de mi organización, cada una de ellas tienen una fuerza y energía para luchar juntas que sin tener un estudio se ponen de pie para defender nuestros territorios y derechos. Cada una tienen su energía y dan la fuerza para seguir luchando, pero quiero recordar que somos la semilla que dejaron muchas compañeras: líderes con pensamiento de izquierda entregadas a la lucha, las que tuvieron un voz potente que impactaban y movilizaban al pueblo, las luchadoras emotivas, las entregadas a las utopías, las que no nos dejan olvidar la memoria histórica del Perú las que se mantienen en lucha contra la minería en Cajamarca, a Máxima Acuña a Beta Cáceres y a todas las que no son dirigentes, ni activistas, ni aspiran a ser líderes, pero resisten y luchan por la vida”
Es nuestro reto levantar nuestras agendas como mujeres, tenemos que transformar nuestras voces en voces políticas de exigencia vinculando lo local con lo internacional.
Hermelinda Castro Martínez
Presidenta de la Asociación Distrital de Mujeres de Tambogrande y Miembra de la Marcha Mundial de las Mujeres de la Macro región Norte- Perú