La crisis global continúa generando respuestas institucionales que no resuelven los problemas estructurales que originaron los actuales desequilibrios financieros. Por el contrario, las señales que emiten día a día las instituciones y gobiernos responsables de la actual catástrofe, cada vez resultan más preocupantes. Tal es el caso de la reciente disputa de Argentina con los fondos buitres, que demandan cobrar sus adeudos a toda costa, proceso en el cual la corte de justicia norteamericana ha fallado nuevamente a favor de estos fondos. Sin embargo, la cronicidad de la actual crisis y la impunidad del capital especulativo demandan propuestas mucho más arriesgadas y severas si realmente se desea hacer frente a los desequilibrios financieros que hoy rigen el sistema monetario financiero internacional.