¡No! a la intervención militar en Haití

Nosotros, el pueblo progresista del Caribe, encomiamos la iniciativa de la CARICOM que llevó a la renuncia de Ariel Henry, quien los haitianos aún no consideran un primer ministro legítimo.

También advertimos que no se alineen con las narrativas o alinearse con personas con antecedentes probados de estar involucradas en el narcotráfico y la matanza de nacionales haitianos. Estas personas no tienen en el corazón los intereses del hombre y la mujer haitiana ordinarios y muchas están secuestrando, violando y asesinando a haitianos comunes, a su propio pueblo.

Reiteramos que en colaboración con los movimientos haitianos, las decisiones deben venir del pueblo haitiano. El Consejo Presidencial y el Gobierno de Transición DEBEN ser del pueblo haitiano que protege los intereses de la gente común de Haití.

Nos unimos a ellos en una sola voz, como #onepeople y #OneCaribbean para decir una vez más un rotundo NO!!! a cualquier intervención armada. Larga vida al revolucionario pueblo haitiano. ¡Viva Haití!

#FreeHaiti#AbaOkipasyon

Asamblea de los Pueblos del Caribe

Chapit ALBA -AYITI

Freedom Project Caribbean

Pan Africanism Today

https://www.facebook.com/story.php?story_fbid=840260758142206&id=100064748676514&mibextid=qi2Omg&rdid=lH9KrrK2pXykk22B

 

Fuente: Haiti no MINUSTAH

🚨TUITAZO POR HAITÍ🚨

🇭🇹 El 29 de Marzo es el día de solidaridad con Haití y desde las organizaciones populares que intregamos ALBA Movimientos y la Asamblea Internacional de los Pueblos, hacemos un llamado global para expresar nuestro máximo rechazo a la injerencia de los Estados Unidos y la intervención militar de Haití.

👉🏾En este link encontrarán un banco de tweets a modo de sugerencia para copiar y pegar: https://docs.google.com/spreadsheets/d/11SnG2xfDByGwNuVtKw8-beK_WgCNgNEScrXkLJISmFg/edit?usp=sharing

📲Invitamos a todos, todas, todes a sumarse el viernes 29 de Marzo a las 11:00 hs ARG-BR utilizando los hastag:

#SoberaníaHaitiana

#CampañaSolidaridadHaití

#AutodeterminaciónHaitiana

#Solidaridadinternacional

#HaitíDignoLibreSoberano

#NoAUnaNuevalntervenciónMilitarExtranjera

#RespetoALaSoberaníaDelPuebloHaitiano

#ReparacionesYa

#Solidaridadinternacional

 

Fuente: Haiti no MINUSTAH

Honduras II. Vallecito: territorio garífuna en resistencia

Fotos: OFRANEH y Raúl Zibechi

“Vallecito es una comunidad garífuna en construcción”, explica Miriam Miranda a la ronda que se fue formando en el enorme espacio de asambleas, dando inicio al conversatorio. Miriam es coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh) y es la principal referente de Vallecito, que en garífuna nombran “Faya”. Como le sucede a su pueblo, que ha contado más de 50 asesinados en los últimos años, ha sido víctima de secuestro y de amenazas por grupos narcos que no aceptan que hayan recuperado más de mil hectáreas donde antes había una pista de aterrizaje ilegal.

“La mayoría de las comunidades garífunas se formaron hace dos siglos, 227 años para ser exactos, antes incluso de que Honduras fuera república. Para el Estado, los grupos de poder y la oligarquía, los garífunas somos extranjeros, allegados que no deberíamos estar aquí. Pero la clase dominante tiene aquí menos tiempo que nosotros”, sigue hablando Miriam rodeada, como todos en la ronda, por una nube de humo de tizones para alejar a los mosquitos.

“Hay una política de genocidio y exterminio del pueblo garífuna, porque vivimos en territorios que son muy apetecibles para ellos. Quieren desaparecernos como pueblo porque molestamos. Los asesinatos y desapariciones de dirigentes forman parte de esa política de exterminio para quienes defienden la tierra. Este es un país racista, machista y clasista”, dice mientras las cabezas recortadas en la oscuridad asienten con parsimonia.

La lucha por la tierra en Honduras es judicializada cada vez que se intenta re-ocupar o defender territorios, en particular en esta región costera caribeña que, como señala Miriam, es el epicentro de “la guerra contra el pueblo garífuna”. En Punta Piedra, en San Juan, en Triunfo de La Cruz, hubo asesinatos de comuneros por el delito de defender sus tierras. En Triunfo de la Cruz 400 familias abandonaron la comunidad entre 2019 y 2020, durante un operativo de la Dirección Policial de Investigaciones, cuatro jóvenes fueron secuestrados y hasta ahora se encuentran desaparecidos.

Transformando la narco-pista en terrrenos productivos

Un pueblo singular

Los garífunas se denominan a sí mismo como pueblo originario, porque surgen de una mixtura, de los arahuacos del Caribe, con negros africanos. La población indígena de las islas caribeñas se fue mezclando con los esclavos fugados de los barcos negreros ingleses y llegaron a la costas de Honduras trasladados por los mismos esclavistas. Son más de 600 mil personas repartidas en Belice, Nicaragua, Guatemala y Honduras. Son 48 comunidades garífunas en la costa hondureña del Caribe, agrupadas en Ofraneh.

La cultura garífuna (pueblo al que en ocasiones se lo denomina “indios negros”), está volcada hacia los ritmos del tambor, cultivan coco, plátano y yuca, pescan y tienen una fuerte espiritualidad que se manifiesta en las grandes Casas Ceremoniales (Gayunari), donde celebran sus rituales. La espiritualidad (“selvin” en garífuna) juega un papel central en la cohesión comunitaria y sostiene el espíritu de resistencia. Las mujeres son, como en tantos otros aspectos, las sostenedoras de los rituales así como de las casas de salud que juegan un papel central en la reproducción de la cultura.

Quizá por tratarse de un pueblo de mestizajes, Miriam sostiene que “aquí siempre mezclamos todo”, dándole sentido a una historia excepcional cuando los caribes arahuacos recibieron a los náufragos de barcos negreros cerca de la isla San Vicente (hoy el país San Vicente y las Granadinas), los acogieron, se mezclaron y fueron recibiendo también a las camadas de esclavos fugados de las haciendas de los colonizadores. Y quizá por eso mismo, asegura que “soy de todas la comunidades garífunas”.

La Ofraneh surgió en 1978 como federación del pueblo garífuna de Honduras, centrada en la defensa de sus derechos culturales y territoriales, con el objetivo de lograr la sobreviviencia como cultura diferenciada y no asimilada.

Territorios en disputa

“Buiti Binafi”, se saludan las mujeres antes de comenzar el conversatorio, siempre engalanadas con vestidos amplios multicolores y pañuelos enrollados en sus cabellos. Yessica y Melissa insisten en el mismo tono sereno que utiliza Miriam en que el pueblo garífuna no ocupa tierras, como dicen los “empresarios” ligados al narcotráfico, sino que “re-ocupamos lo que es nuestro, para resistir y construir”. En estos momento, en la costa Caribe están en curso diez re-ocupaciones, que los traficantes intentas impedir porque resultan un obstáculo para el flujo de sus mercancías.

La comunidad garífuna de Vallecito, o Faya, recuperó este territorio en 2012. Hasta ese momento vivían en un lado del territorio actual, donde funciona una fábrica de aceite de coco. En 2011 el ejército dinamitó la pista de aterrizaje narco creando enormes socavones. La comunidad aprovechó para tomar las 1.200 hectáreas donde ahora viven unas 150 personas, 30 familias, a las que se allegaron recientemente 25 miskitos que proceden en una de las zonas más afectadas por el narcotráfico.

En 2014 la comunidad estaba inspeccionando la pista dinamitada que los traficantes pretendían reconstruir, ocasión en que Miriam fue secuestrada por ser testigo de esos trabajos. Cada cierto tiempo entran armados a la comunidad, los jóvenes se pasean con sus motos (en una ocasión llegaron 80 motoqueros) luciendo armas y provocando a las gentes.

La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras señaló que más del 54 por ciento de las 453 víctimas de los 363 ataques registrados en 2023, corresponden a personas defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente. El 32 por ciento de estos ataques fueron perpetrados contra personas y organizaciones integradas por indígenas y afrohondureños. Ofraneh y otras organizaciones similares, como el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh, al que perteneció Berta Cáceres), conforman el núcleo más firme del movimiento social hondureño.

Miriam Miranda, en el centro

“Para los gobiernos y estados lo más fácil es relocalizar a una comunidad sin pensar que construirla lleva años y a veces siglos”, retoma Miriam. Saben que son una molestia para los grandes capitales que acumulan robando bienes comunes, tierras y aguas, y que han estrechado alianzas con el tráfico, el negocio más rentable en estos años.

“Donde había una narco-pista para que las avionetas dejaran cocaína, rodeada de palma de aceite y ganado, ahora hay cultivos de coco, escuelas, casas de salud y hasta una universidad en construcción”, sigue Miriam. Ahora los mismos narcos que controlaban la pista de aterrizaje, que tienen haciendas que rodean la comunidad Vallecito, construyen canales para poder entrar la droga que las lanchas dejan en la playa, y siguen presionando –armas en mano- para que la comunidad les permita atravesarla para llegar a la costa.

“La comunidad está dispuesta a luchar”, apunta otra voz en el conversatorio. “Es algo nuevo que estemos dispuestos a enfrentarlos”. Por eso es un territorio en disputa, como todas las comunidades garífunas: ya no se dejan, están de pie afrontando la violencia genocida. Entraron a tallar otras colectivas: mujeres y jóvenes.

 

Fuente: Desinformemonos

Haití: el fracaso neocolonial y el “eterno castigo de su dignidad”

La crisis de gobernabilidad que vive Haití después del alzamiento paramilitar que liberó a más de 3.600 presos y expulsó al primer ministro es un capítulo más de una historia colonialismo y dependencia. 

Haiti -campamento

Migrantes haitianos en un campamento en República Dominicana. Foto: María Ángeles Muñoz

Gerardo Szalkowicz 

27 MAR 2024 06:00 – La cinematográfica fuga de más de 3.600 presos, un vendaval de ataques armados y la posterior renuncia del primer ministro, Ariel Henry, amenazado y varado en Puerto Rico, han colocado por unos días a Haití en el foco de los grandes consorcios mediáticos y desnudaron su triste foto actual: el pequeño país caribeño, el más pobre del hemisferio occidental —o más bien, el más empobrecido— luce virtualmente gobernado por el crimen organizado. ¿Cómo se llegó a este vacío de poder institucional? ¿De qué manera se gestó la paramilitarización de su territorio? ¿Es Haití el gran laboratorio de las nuevas estrategias de dominación made in USA?

El pueblo haitiano arrastra una historia de formidables resistencias y tragedias inducidas. Protagonizó la primera revolución negra, que devino en el primer país independiente de las Américas y el primero del mundo que abolió la esclavitud. Por su libertad tuvo que pagarle a Francia una indemnización dantesca durante un siglo y medio. En 1915, los marines desembarcaron en Puerto Príncipe y se quedaron casi 20 años, en lo que fue la ocupación más extensa en la historia estadounidense; siguió un largo derrotero de dictaduras sangrientas e intervenciones extranjeras, que forjó una élite adicta al tutelaje de las potencias occidentales. Nada de lo que ocurrió en el último siglo escapó a la huella de Washington.

Haití también fue precursor en tener gobiernos de extrema derecha. Su debilidad institucional se profundizó con la llegada fraudulenta al poder del ultraconservador PHTK en 2011, primero bajo la presidencia de Michel Martelly y después con el empresario bananero Jovenel Moïse. El terremoto de 2010, que dejó más de 200.000 muertos y millones de desplazados, abrió paso al “intervencionismo humanitario” de las ONG que potenció la dependencia foránea. 

Mientras Henry estaba en Kenia negociando el arribo de una misión militar, una alianza de grupos armados desató una feroz ola de violencia: bloquearon el aeropuerto, saquearon puertos, atacaron comisarías y lograron liberar a 3.696 presos

Luego de la negativa de Moïse a convocar elecciones, el Congreso tuvo que bajar la persiana en 2020, acelerando una crisis política que tuvo su clímax con el magnicidio del propio Moïse en julio de 2021 por parte de paramilitares colombianos y estadounidenses. Quedó al mando Ariel Henry, nombrado primer ministro por Moïse justo dos días antes de su asesinato, con el apoyo de EE UU y Europa. Pero Henry también se quiso quedar en el poder más de la cuenta y ahora terminó cayendo.

Para este último capítulo entró en escena un factor novedoso: las crecientes bandas criminales como principal actor de poder. Mientras Henry estaba en Kenia negociando el arribo de una misión militar, una alianza de grupos armados desató una feroz ola de violencia: bloquearon el aeropuerto, saquearon puertos, atacaron comisarías y lograron liberar a 3.696 presos. Además, exigieron la renuncia de Henry y amenazaron con una guerra civil.

La Casa Blanca entendió que la situación era insostenible. Unas horas después de que el secretario de Estado, Anthony Blinken, le reclamara “una transición urgente”, Henry envió desde Puerto Rico un video con su renuncia. La decisión de soltarle la mano se había cocinado en una reunión en Jamaica junto a líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom), Francia, Canadá y Naciones Unidas, en la que además se acordó conformar un consejo de transición.

El país quedó prácticamente paralizado, con toques de queda, la retirada de diplomáticos extranjeros, la suspensión de vuelos, el cierre de escuelas y hospitales, los edificios gubernamentales asediados y una cotidianeidad atravesada por la violencia y el caos.

Un verdadero Estado fallido, que no realiza elecciones desde 2016, sin Poder Legislativo, con el Poder Judicial intervenido, con actores externos decidiendo el rumbo del Ejecutivo y con las pandillas dominando buena parte del territorio.

Causas del auge paramilitar

La mirada generalizada sobre Haití, muchas veces marcada por prejuicios racistas y caricaturescos, suele invisibilizar su larga tradición de resistencia popular. En 2018 se dio una potente insurrección que llegó a movilizar a unas dos millones de personas —en una población de 11,5 millones— contra la disparada del precio de los combustibles y otras medidas impuestas por el recetario del FMI. La revuelta tenía una impronta abiertamente antineoliberal.

Tremenda efervescencia social no podía ser contenida por una represión clásica, ya que la policía apenas contaba con 7.000 efectivos y las Fuerzas Armadas habían sido disueltas en 1995. Además, acababa de retirarse la última misión militar de la ONU, que ocupó el país entre 2004 y 2017 con tropas de una veintena de países. La llamada Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) había dejado un tendal de denuncias de crímenes, al menos dos mil violaciones e incluso fue la responsable de introducir el cólera que mató a más de 30.000 personas.

“Las bandas siempre existieron, pero a partir de ese ciclo de movilizaciones comenzaron a crecer y a multiplicarse, con la llegada de ex marines, milicianos, contratistas y armas provenientes de Estados Unidos”, relata a El Salto Henry Boisrolin, coordinador del Comité Democrático Haitiano.

Según un informe de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito publicado en 2023, cerca del 80% del armamento de estos grupos armados proviene de Florida.

En solo cinco años, Haití pasó de tener una criminalidad relativamente baja a contar con federaciones de pandillas con enorme financiamiento y armadas hasta los dientes. Las cifras de asesinatos, secuestros, robos y violaciones van creciendo año a año: en 2023 se registraron 4.789 homicidios, 119% más que en 2022.

El terror inoculado por las bandas, que controlan al menos el 60% del territorio metropolitano de la capital, provoca un éxodo constante. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registró al menos 362.000 personas que debieron huir de sus hogares en el último año; las y los desplazados más afortunados logran emigrar al exterior, los menos se ubican en precarios campamentos de refugiados.

El modelo de paramilitarización y el control territorial por parte de poderes no estatales, no es nuevo: en América Latina tiene largos antecedentes en países como México, El Salvador o Colombia

La explicación de fondo que comparte Boisrolin es contundente: “Estamos viviendo un caos planificado para desarticular la protesta social y el tejido comunitario. El pueblo viene sufriendo el accionar de estos escuadrones de la muerte, que constituyen instrumentos de la élite haitiana y de la comunidad internacional, principalmente de EE UU, para doblegar al movimiento popular, sembrar el terror y evitar otro levantamiento”.

El modelo de paramilitarización, la tercerización del control territorial en factores de poder no estatales, no es nuevo: en América Latina tiene largos antecedentes en países como México, El Salvador o Colombia, y hoy se expande en silencio por toda la región con el ejemplo más crudo de Ecuador.

La particularidad en Haití es que pareciera estarse yendo del control de sus creadores. Ahí aparece la controversial figura de Jimmy Chérizier, alias Barbecue, un ex policía hoy devenido en vocero principal de la alianza de pandillas, a quien algunos intentan arropar de un aura casi revolucionaria y otros describen como apenas un mercenario con vocación política. Como sea, Barbecue adelantó que no reconocerán “a ningún gobierno de transición”.

La otra singularidad, la más determinante, es que el fenómeno paramilitar en Haití se complementa con un Estado totalmente quebrado y dependiente. En palabras de Boisrolin, “este desgobierno expresa la descomposición del sistema neocolonial”.

Intervención capítulo mil

Ante las pocas voces en la “comunidad internacional” que piden una salida con respeto a la soberanía haitiana, y el debilitamiento del movimiento popular producto del despliegue paramilitar, se abre paso una nueva intervención colonial.

La administración Biden quiere mantener el control de ese enclave geoestratégico en el mar Caribe —cercano a Cuba y Venezuela— pero tercerizando la conducción de la operación, para no pagar los costos políticos traducidos en un eventual voto rechazo de la diáspora haitiana en las elecciones de noviembre.

Una nueva intervención implicaría volver a imponer por la fuerza la misma receta que fracasó una y otra vez, que no sólo no fue la solución sino que pareciera ser el problema mismo. Boisrolin concluye: “Hace 30 años que mandan misiones y solo empeoraron las cosas. Violaron, masacraron, manipularon elecciones, nos trajeron el cólera. Nos convirtieron en un país invivible. Por eso creemos que la única salida es recuperar nuestra soberanía y nuestro derecho a la autodeterminación, es decir, encontrar una respuesta haitiana que rompa con este sistema neocolonial”.

Una vez más cobran vigencia las palabras de Eduardo Galeano cuando describía a Haití como “un país arrojado al basural por eterno castigo de su dignidad”.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/america-latina/haiti-fracaso-neocolonial-eterno-castigo-dignidad?fbclid=PAAaZARP8A5SGC0PrNbYh5y74ZzpHfP3733da3Dgk5E9F7NGXDG8vIQFhAEzw

 

Fuente: Haiti no MINUSTAH

Haití, una cianocopia liberadora

Haití es una cianocopia liberadora: primer país que construyó una Revolución anti-esclavista y formó la primera nación Negra.
Con la solidaridad al Libertador Simón Bolívar liberó 5 países de la Patria Grande, Abya Yala

Abolió la esclavitud en el Santo Domingo Español. Se solidarizó con los Restauradores y lograron la independencia definitiva de República Dominicana.

Expresemos solidaridad con el pueblo haitiano, exijamos solución haitiana a la generada crisis por el CoreGroup, las Naciones Unidas, y muy especialmente Estados Unidos, preguntemos por qué siguen llegando armas de guerras para los grupos paramilitares, quién creó los grupos paramilitares, por qué ayer llegaron a Haití armas y municiones desde puertos en Miami. Y hoy también llegarán…

Digamos fuera a los colonizadores.
Digamos basta de colonialismo
Basta de intervención militar en Haití.

Exijamos que todos nuestros países, que dada la situación de inseguridad en Haití, detengan las expulsiones masivas.

Exijamos el respeto a los Derechos Humanos del pueblo Haitiano.

#NoIntervencionMilitarHaiti

#NoInvasionHaiti

#GobiernoPopularDeRuputura

#FueraElPHTK

#FueraElCoregroup

Viva el Pueblo!
Haiti resiste!
Dessalines Resiste!

Material para uso amplio en las redes, gentileza Solidaridad Dominicana.

 

Fuente: Haiti no MINUSTAH

APPA: Síntesis de la semana del 18 al 23 de marzo de 2024

1.- BRIGADA DE VIGILANCIA, UNA FUERZA DE AUTODEFENSA ADENTRO DE LOS BARRIOS POPULARES.

2.- LAS BANDAS ARMADAS HAN HECHO UN NUEVO MASACRE EN PÉTION VILLE. 

3.- RASIN CREE QUE: « EL PUEBLO DEBE EVITAR TODAS LAS TRAMPAS DE LAS FALSAS NARRATIVAS NACIONALISTAS ». 

4.- LOS NOMBRES DE LOS MIEMBROS DEL CONSEJO PRESIDENCIAL SE OFICIALIZARON. 

5.- UNNOH HA CONMEMORADO SU TRIGÉSIMO TERCER ANIVERSARIO DE SU EXISTENCIA. 

6.- LA POLICÍA NACIONAL DE HAITÍ, HA ASESINADO EL JEFE DE BANDA DE DELMAS 95. 

sintesis-de-la-semana-del-lunes-18-al-sabado-23-de-marzo-de-2024

sintesis-de-la-semana-del-lunes-18-al-sabado-23-de-marzo-de-2024Descarga

 

Fuente: Haiti no MINUSTAH